¿Te sientes poco agraciado? ¿No conectas con esa imagen que refleja cada día tu espejo? En el siguiente artículo te damos unas claves para que reflexiones y mejores la percepción que tienes de ti mismo.

«¿Qué puedo hacer si no me siento atractivo?». Esta visión negativa de ti mismo responde a un fenómeno bastante extendido. La autopercepción sesgada se alza ahora mismo como una realidad común entre hombres y mujeres, sin importar la edad o el estatus social. Lo ideal en estos casos es reformular muchas de tus creencias.

Asimismo, vivimos en una sociedad dominada por la tiranía de la imagen y el like. Sentir que no encajas es algo comprensible, dados los cánones de belleza tan artificiales que nos imponen desde diversos medios. Aceptarte y conectar con tu imagen para apreciarla requiere de una profunda artesanía emocional, cognitiva y actitudinal que te detallamos a continuación.

¿Qué puedo hacer si no me siento atractivo?

La percepción que tienes de tu apariencia condiciona muchas áreas de tu vida, en especial, las relaciones interpersonales. Una investigación publicada en Biological Sciences destaca que ciertas características faciales más agraciadas suelen acompañarse de un mayor éxito social. Todos lo sabemos. Sin embargo, también debes tener presente un detalle.

La belleza es una construcción cultural, educacional y personal que desarrollas en relación con todo lo que te rodea. Factores como la comparación o, incluso, los mensajes que recibes de tu entorno condicionan la forma en que te ves. La buena noticia es que puedes cambiar ese enfoque para volverlo más saludable y afectuoso. Gustarte un poco más es posible y te explicamos cómo hacerlo.

Desactiva tu sesgo atencional negativo

¿Dónde sitúas la mirada cuando te miras al espejo? ¿Qué piensas mientras te observas?  Una de las razones por las que no te sientes atractivo tiene que ver con tu procesamiento autorreferencial y el sesgo de atención. De hecho, en la revista Neuroscience Research se señala cómo estos factores median en la construcción de tu propia autoestima.

Ahora bien, ¿qué significan estos conceptos y cómo debes trabajarlos para sentirte mejor? Te lo explicamos:

Practica la neutralidad con tu apariencia

Seguro que frases como «ama tu cuerpo», que tanto repite nuestra sociedad, son para ti algo difícil de cumplir. No eres el único en ese punto y, por ello, surgió hace años otra formulación.

Practicar la neutralidad en tu apariencia implica dejar de valorarte por cómo eres, para apreciar todo lo que puedes hacer. Se trata de un nuevo enfoque demasiado enriquecedor. Para lograr este propósito, ten en cuenta las siguientes dimensiones:

La importancia del autocuidado

El hecho de que te digas en un momento dado «no me siento atractivo» es algo normal. Al fin y al cabo, es difícil gustarte cada día. La clave está en que esa autopercepción negativa no sea una constante cada vez que te mires al espejo. Hay que controlarla y regularla para salvaguardar tu bienestar psicológico.

Como bien sabes, la insatisfacción corporal tiene un gran impacto en nuestros jóvenes. El no gustarse, tal y como lo señalan en un trabajo publicado por Journal of Clinical Child and Adolescent Psychology, se correlaciona con problemas de ansiedad. De este modo, para prevenir y abordar el juicio negativo hacia tu propia imagen, es recomendable practicar un buen autocuidado.

Validar tus necesidades emocionales, rodearte de gente que te aprecie, ser amable contigo mismo y llevar hábitos saludables te serán de gran ayuda.

Potencia tu autoestima y autoconfianza

Para ser atractivo no hace falta tener un cuerpo y un rostro perfecto. Tu personalidad y la confianza en ti son grandes baluartes para gustar y, sobre todo, gustarte. De hecho, cuanto más te valores y aprecies tus competencias, la percepción que tienes de tu imagen mejorará de manera significativa.

En la Encyclopedia of Body Image and Human Appearance se destaca cómo este mismo vínculo entre la imagen corporal y la autoestima puede condicionar a todo el ciclo vital de las personas, y no solo a los más jóvenes. Por tanto, con el fin de mejorar estas esferas de tu bienestar, te será útil poner en práctica lo siguiente:

Evita compararte con los demás

Si llevas tiempo diciéndote «no me siento atractivo», hay otra variable que debes atender. Es momento de dejar de compararte con los demás, ya sea con quienes te rodean o con figuras de Instagram o TikTok. En este sentido, la revista Frontiers in Psychology publicó un estudio donde señalan cómo las redes sociales pueden afectar a tu bienestar subjetivo al facilitar este mecanismo comparativo.

A partir de hoy, entrena a tu mente para que sitúe la atención en ti de manera saludable y no tanto en los demás. Eres alguien único, con tus particularidades, tus bellezas y defectos, al igual que todo el mundo. La belleza está en la diversidad y no en la homogeneidad. Evita querer cumplir con un ideal de atractivo tan imposible como insalubre.

Filtra los mensajes que te llegan y quédate con los positivos

«Estarías más atractivo si perdieras peso». «Gustarías mucho más si te hicieras algunos retoques estéticos». Es posible que en tu entorno te lleguen comentarios que invaliden tu autoimagen. No solo son las redes sociales las que te envían mensajes sesgados sobre el ideal de belleza. Tus amigos y hasta tu familia pueden ofrecerte juicios poco acertados y hasta nocivos.

Pon filtros y mecanismos de protección ante esas palabras de los demás que debilitan tu autoestima. Quédate solo con aquellas palabras y comentarios que la refuercen.

Cuida tu diálogo interno

La manera en que te hablas afecta a cómo te ves. La cultura y la sociedad pueden convencerte de que no cumples con el distorsionado canon de lo que se considera ser bello y atractivo. Sin embargo, tu diálogo interno negativo es quien más te boicotea a la hora de poder tener una autoimagen saludable.

Procura reformularlo, cambiar tu dinámica conversacional y lograr que sea más respetuosa y saludable. Despide a tu juez interno para que no vuelva a devaluarte y criticarte.

Ser atractivo es una actitud

Si te sientes bien por dentro, te percibirás mejor por fuera. De este modo, cuando te dices «no me siento atractivo» es importante saber que esta percepción tiene, a menudo, mucho de subjetivo. Piensa que hay personas con llamativas particularidades físicas —como tener una nariz aguileña— que atraen por su actitud.

Estás ante una dimensión que puedes entrenar y mejorar. Trabaja en tus emociones, encuentra ese punto de bienestar y calma interna para, después, potenciar tu carisma, encanto y habilidades sociales. Tu autoimagen mejorará.

Sobrevivir a un mundo dominado por la tiranía de la belleza

Estarás de acuerdo en que vivimos en una actualidad donde la imagen física tiene un gran poder. Sin embargo, la belleza que nos venden no siempre es la real ni la más saludable. Procura, por tanto, ser crítico ante este tipo de ideas que te pueden llegar desde casi cualquier ámbito; incluido el de las personas que tienes cerca.

Por último y más relevante, no dudes en consultar con un profesional especializado si esa percepción negativa hacia ti persiste en el tiempo. A veces, detrás de dichas atribuciones y malestar emocional puede esconderse alguna condición clínica. Recuerda que hay terapias efectivas que te devolverán la seguridad en ti y el bienestar que necesitas.