El objetivo del método Buteyko consiste en utilizar el control respiratorio para influir de manera beneficiosa en diferentes sistemas del organismo. El control respiratorio es la posibilidad de modificar de manera consciente el flujo de aire, o la velocidad y cantidad de aire, que tomamos en cada inspiración y espiración; la movilidad del tórax que acompaña al ritmo respiratorio; o la introducción de pausas respiratorias en determinados momentos del ciclo.

Una «respiración disfuncional» puede retroalimentar síntomas como la sensación de falta de aire, el cansancio o incluso malestar emocional. En cambio, mejorar la eficacia respiratoria impactará en estos síntomas reduciéndolos y dando a la persona un mayor control y gestión de su situación.

Este es el motivo por el que la respiración está ganando interés general en la población e interés específico en campos como la neurociencia, que ha demostrado que la respiración consciente puede ayudar a mejorar la concentración, reducir la presión arterial, promover la relajación y aumentar el bienestar general.

De manera general, las principales líneas de intervención del método Buteyko serían las siguientes:

🔹 Respiración nasal

La nariz es el sistema natural de filtrado y purificación del aire inhalado, evita que partículas de polvo, alérgenos y microorganismos dañinos presentes en el aire lleguen a los pulmones. Además, la nariz tiene función termorreguladora: calienta y humidifica el aire antes de llegar a los pulmones, evitando que el aire frío y seco irrite las vías respiratorias.

Respirar por la nariz tiene muchos más beneficios relacionados, entre otros aspectos, con las reservas de óxido nítrico de la cavidad nasal que potencia la vasodilatación y la acción antimicrobiana, la estimulación del sistema nervioso parasimpático, la absorción del oxígeno o la estimulación del sistema olfativo.

🔹 Postura para respirar

Identificación y corrección de los aspectos biomecánicos que influyen en el patrón respiratorio. Nuestra postura corporal también desempeña un papel importante en cómo respiramos. Maneras «pobres» de respirar pueden llevarnos a adoptar posturas de cierre torácico. Al modificar estos patrones ya estaremos influyendo positivamente en nuestra respiración.

🔹 Menor volumen de aire

Habituación progresiva a la reducción del volumen de aire inspirado. Este aspecto es interesante para optimizar los mecanismos de absorción de oxígeno y sus beneficios a nivel deportivo. Por otro lado, nos permite familiarizarnos de una manera segura y controlada con la sensación leve y moderada de falta de aire, y esto puede modificar la respuesta de las personas ante ciertas situaciones como una crisis asmática.

🔹 Mayor tiempo de espiración

Prolongación del tiempo espiratorio para obtener efectos positivos en la relajación, el intercambio gaseoso, la estabilización del ritmo respiratorio y el control de la sensación de falta de aire.

🔹 Pausas respiratorias

Entrenamiento en contención de respiración estática y en movimiento. Se trata de incorporar pausas respiratorias controladas tras la espiración, que irán aumentando en intensidad conforme avance el programa de entrenamiento en cada persona.

Una intervención no farmacológica

Resultado de su creciente popularidad, en la actualidad existen instructores oficiales del método Buteyko en gran cantidad de países del mundo entero; se han publicado alrededor de 20 libros cuya temática principal es explicar en qué consiste el método y cómo puede aplicarse en diferentes patologías; y hay cerca de 30 ensayos clínicos que estudian su eficacia en diferentes aspectos relacionados con la salud de niños y adultos.

La evidencia científica ya ha demostrado que la intervención profesional con método Buteyko puede reducir los síntomas y el uso de medicación de rescate en patologías como asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) e hiperventilación crónica.

Con todo, en el caso del asma infantil, los hallazgos preliminares de este estudio sugieren que la incorporación de la técnica de respiración Buteyko al tratamiento habitual mejora los resultados con respecto a la espirometría y la función emocional de los padres, pero no conduce a reducciones en la medicación, al menos a corto plazo.