Vivimos en un mundo acelerado cargado de incertidumbre y, en plena era de inflación y crisis económica, es inevitable que la salud y el bienestar de las personas se pongan en alerta máxima. Un cúmulo de preocupaciones e incórnitas que hacen inevitables que el estrés, el malestar o la ansiedad invadan las mentes durante el día a día, tanto en el ámbito personal como en el profesional. 

Es un hecho que los problemas o las dificultades que se presentan en la rutina diaria de los profesionales alcanza niveles que van más allá del lado más personal, afectando también al ámbito laboral: a su rendimiento, su bienestar, su salud, su productividad… e incluso su forma de actuar y relacionarse. 

En este grave contexto, las empresas y sus líderes tienen una gran responsabilidad, una importante misión, y es la de garantizar el bienestar y la felicidad de los profesionales. Muchas empresas apuestan ya por planes de compensación, ayudas económicas frente a la inflación, team building, políticas internas, mejoras de las instalaciones… Y, en esta última etapa, ya son muchas las que están elaborando planes completos y profundos creados y dedicados únicamente a alcanzar esa meta, la salud de sus equipos: una salud 360 que garantice su bienestar, su rendimiento y, en definitiva, un buen clima laboral en todos los sentidos. 

Un reconocimiento a todas aquellas organizaciones que, a pesar de las dificultades que se les presentan, ponen a sus empleados en el centro de la estrategia empresarial a favor de su salud y bienestar laboral. Líderes que priman el buen ambiente, el buen clima laboral y, especialmente, que pasan de las palabras a los hechos, a la acción.