
La vida de Boris Mocka sería completamente normal si no fuera porque ha desarrollado de forma extraordinaria una forma de arte aparentemente mundana: atar nudos de corbata.
Su historia comienza con una infancia marcada por algunos obstáculos. Nacido en la isla de Martinica en 1969, la ausencia de su padre y la mudanza de su madre a Nueva York dejaron a Mocka en manos de un hombre que lo adoptó y lo introdujo en el mundo del arte a través del dibujo.
Pero su vida tomó un giro inesperado cuando se trasladó a la gran manzana a los once años para reunirse con su madre. Las tensiones en su relación llevaron a Mocka a pasar noches en las calles, luchando por encontrar un lugar donde descansar. Más tarde, su conexión con la familia de un escultor famoso lo llevó a ingresar en una destacada escuela de arte, el Cooper Union, tras superar períodos de dificultades económicas.
Sin embargo, la vida de Mocka no se limitó al arte. Después de un tiempo en el servicio militar francés, Mocka se encontró sin hogar y desafiando a la vida en peleas de boxeo a puño limpio. Trabajó en diversos roles, hasta que ascendió a gerente en el 2nd Ave Deli, donde conoció a su futura esposa.

La verdadera singularidad de Mocka se manifestó cuando, a los 44 años, comenzó a experimentar con nudos de corbata. Su motivación inicial fue conseguir un trabajo como conserje para lo que quería causar una buena impresión. Pero lo que comenzó como una simple búsqueda de un nudo perfecto se convirtió en una pasión por inventar y perfeccionar nudos de corbata únicos.
El mundo de los nudos de corbata ya estaba bien establecido con estilos como el four-in-hand o el Windsor, pero Mocka se propuso ir más allá. Inicialmente aprendió a atar el Windsor, pero la sugerencia de un amigo lo llevó al Eldredge knot, que tiene una forma de triángulo invertido y parece casi una trenza.
Sin embargo, las imperfecciones que surgieron durante sus intentos de aprender este nudo lo llevaron a preferir sus propios errores sobre el nudo en sí, inspirándolo a crear sus propias técnicas.
Mocka descubrió comunidades en internet dedicadas a los nudos de corbata, lo que le incitó a querer compartir sus creaciones en plataformas como YouTube. Pronto se convirtió en una figura destacada en este pequeño rincón de la moda masculina, ganándose el título de “tieknologist”.

En total, ha logrado crear más de mil quinientos nudos, cada uno con su propia personalidad y estilo. Algunos imitan formas de la naturaleza, como el Gardenia que se asemeja a una flor, mientras que otros, como el Riddler, adoptan formas abstractas como un signo de interrogación.
Sin embargo, su viaje no estuvo exento de desafíos. Conforme fue ganando reconocimiento, otros diseñadores comenzaron a copiar su trabajo, y la falta de crédito y la competencia desleal lo llevaron a limitar la privacidad de sus vídeos. Aunque se aventuró en la autoedición con su libro ‘How to Tie ‘The’ Knot’, con cientos de técnicas y dieciséis nudos de firma, Mocka decidió enfocarse más en su trabajo como conserje para apoyar a su familia.

De forma casual, la historia de Mocka se cruzó con la de Mikael jdemo-Johansson, un matemático con un interés particular en los aspectos «numéricos” de los nudos de corbata. Vejdemo-Johansson aplicó la teoría del lenguaje formal a los nudos de corbata, creando una notación y gramática especial para describir los movimientos de atar nudos.
Asombrosamente, su encuentro con Mocka destapó la complejidad geométrica adicional que pueden conformar los nudos de corbata, y ambos se dieron cuenta de que estaban explorando territorios no cartografiados en una intersección entre el arte y las matemáticas.

Una colaboración fascinante que ha demostrado cómo la creatividad de un individuo puede expandir los límites de la comprensión matemática. De hecho, Vejdemo-Johansson describe el enfoque de Mocka como trascendental: ahora, mientras uno se esfuerza con sus matemáticas por comprender nudos específicos, el otro se concentra en trascenderlas.
En un momento dado Mocka y Vejdemo-Johansson tienen un encuentro, donde discuten la complejidad y singularidad de los nudos de corbata de Mocka. Ambos reconocen que el enfoque de este agrega un nivel de complejidad geométrica no capturado por los modelos matemáticos existentes, convirtiendo su trabajo en un nuevo dialecto en el mundo de los nudos de corbata.
A pesar de que la historia de Boris Mocka haya estado salpicada por algunas adversidades, finalmente ha logrado desembocar en una expresión artística única. ¿Quién diría que dos mundos tan dispares como el arte y las matemáticas acabarían entrelazándose en algo tan cotidiano como una corbata?