En los últimos 20 años el porcentaje de hogares mexicanos encabezados por una mujer creció 50%, y hay indicios muy claros de que en el aspecto de la salud son hogares socialmente más vulnerables que los que tienen jefe de familia varón. Simplemente en los hogares con jefas de familia aumenta notoriamente la probabilidad de gasto catastrófico y mas aún si en esa familia hay un adulto mayor.

Son señales de que la violencia contra las mujeres que se vive en México está muy presente, potenciado y agravado en el ámbito de salud. Pero es algo que difícilmente se alcanza a ver y por lo mismo con dificultad se aplica perspectiva de género en las políticas de salud.

Por ello es muy bienvenido el proyecto de investigación Impacto Económico y en Salud de las Enfermedades No Transmisibles en Mujeres Mexicanas, que está arrancando el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en colaboración con el George Institute de Sidney, Australia, y auspiciado por la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF).

Fue presentado ayer 26 de abril, en el marco de la Semana de Innovación de AMIIF, donde el doctor

Eduardo Lazcano Ponce, director general del INSP, dijo que en particular se busca documentar el impacto económico y de salud atribuible a esas enfermedades no transmisibles (ENT), con énfasis en las desigualdades de género.

Serán 18 meses en que los investigadores Edson Serván y Emanuel Orozco -que encabezan el estudio- estarán buscando evidencias de que en México, enfermedades como las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes mellitus II afectan a hombres y mujeres de diferente manera, y por tanto, su atención debe ser con perspectiva de género:

“Primero, hay que visibilizar que las desigualdades de género están no solo en el tema reproductivo o en la vulnerabilidad por temas de violencia, sino también en las grandes desigualdades laborales o económicas que se abren cuando metemos variables como el padecer una enfermedad no transmisible y el panorama dramático conque se viven en México”.

Hoy no se alcanza a ver la desigualdad de género en salud porque se piensa que ante una necesidad de atención médica hay la misma igualdad de acceso, pero el estudio de dichos investigadores justo buscará demostrar que no es el caso. Ni para acceso a servicios médicos ni en materia de derechos sociales y laborales que impactan en la salud. Y aquí es donde se puede entender, por ejemplo, que el riesgo de gasto catastrófico y empobrecedor aumenta cuando la autoridad familiar es femenina. Debe haber muchas historias muy dramáticas que sólo esas familias saben cómo las viven.

La directora de Acceso de Innovación de AMIIF, Karla Báez, dio unos datos que reafirman el escenario: las mujeres en México somos mayoría pero con condiciones de vida demeritadas. Dos de cada 3 muertes de mujeres son debidas a ENT. Por ejemplo, el cáncer, la depresión y las enfermedades autoinmunes se presentan primordialmente en mujeres.

Según INEGI somos 51.43% mujeres (en CdMx la cifra se eleva a 52.5%) con una esperanza de vida mayor que la de hombres, pero 32% de esas mujeres con mayor sobrevida la pasan mal con problemas de salud.

Más datos: La mayoría de personas con VIH son mujeres, sobretodo entre 15 y 24 años. La obesidad es mucho más frecuente en mujeres que en hombres. También hay que decir que los hogares en las comunidades son las mujeres las que procuran la salud en la familia, que 70% del personal socio-sanitario en México como en el resto del mundo son mujeres, pero la mitad de lo que las mujeres aportan no es remunerado porque el tema de los cuidadores se da al interior de la familia, algo que parece fuera de lugar pero así está ocurriendo.